Con flores y banderas reciben al Papa en la que fuera la capital de Estado Islámico en Irak

 Entre las ruinas dejadas por la guerra contra ‘Estado Islámico’ el papa Francisco dedicó una oración a las víctimas del conflicto caídas en combate contra los extremistas desde la ciudad de Mosul, que fuera la capital del llamado ‘califato’ en Irak.

 El Papa se reunió con sus fieles en una plaza entre las ruinas que ha dejado la guerra, acompañado por el Orzobispo católico caldeo de Mosul Najib Michaeel Moussa.

 Irak tiene 40 millones de habitantes, en su mayoría musulmanes. Actualmente hay unos 400,000 cristianos, una minoría que está desapareciendo ya que apenas antes de la invasión estadounidense de 2003 eran 1.5 millones.

 Para la visita del Papa a esta región que muchos cristianos tuvieron que abandonar se desplegó un gran operativo de seguridad, ya que todavía existen células de Estado Islámico en la zona, a pesar de haber sido derrotados desde hace tres años.

 A unas 18 millas (30 km) de Mosul, en la villa de Qaraqosh, predominantemente cristiana, el Papa habló y dirigió una oración desde el trono de la iglesia siríaca de la Inmaculada Concepción.

 En contraste a las fuertes medidas desplegadas hasta el momento durante su visita, especialmente este domingo en la región de Mosul, Francisco finalmente pudo pasearse entre la multitud en el papamóvil a su llegada al estadio de Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí.

 La visita del Papa a Irak, la primera de un pontífice católico a este país, ha sido probablemente la más importante y simbólica del papado de Francisco hasta la fecha.