Cinco cosas que hay que saber sobre el trabajo global para erradicar las bombas de racimo

Durante este mes de noviembre, los Estados Parte celebran la segunda Conferencia de Examen del tratado, que tiene lugar cada cinco años, bajo la presidencia del embajador suizo Félix Baumann.

Estos países, junto con organizaciones internacionales y representantes de la sociedad civil, examinarán el funcionamiento y la situación de la Convención y planificarán su aplicación durante los próximos cinco años, un proceso que se completará en febrero del año que viene durante la segunda reunión de la Conferencia de Examen.

Los Estados parte de este tratado han trabajado para eliminar las municiones de racimo que quedaron abandonadas tras los conflictos, logrando de nuevo la seguridad en las ciudades, el cultivo de tierras con total confianza por parte de los agricultores, que los niños puedan ir a la escuela sanos y salvos y además prestan apoyo a los supervivientes.

A continuación, les presentamos cinco cosas que deben saber sobre las bombas de racimo y las tareas para eliminarlas.

1) ¿Qué son las municiones de racimo y por qué son tan peligrosas?

Una munición de racimo está formada por un proyectil hueco, disparado desde el aire o tierra, que se abre tras su lanzamiento y libera bombas más pequeñas, o submuniciones, durante su trayectoria previa al impacto. Estas pequeñas bombas pueden llegar a contarse por centenares y cubrir áreas tan amplias como varios campos de fútbol.

Esto significa que todas las personas que se encuentren en el radio de acción de esos artefactos explosivos, que a menudo incluye a civiles, corren el riesgo de resultar heridas o ser asesinadas.

Además, uno de los principales problemas es que a menudo no detonan inmediatamente por lo que pueden llegar a causar fallecimientos y mutilación de personas al azar, incluso una vez finalizado un conflicto.

Por su parte, los supervivientes se enfrentan a menudo a sufrir discapacidades permanentes, encontrar grandes dificultades para ganarse la vida, y al estigma o la discriminación en sus comunidades.

Al mismo tiempo, las municiones de racimo que no estallaron durante su lanzamiento pueden permanecen ocultas tras los conflictos y dificultar hasta niveles extremos el cultivo de las tierras e impedir el desarrollo económico y social de las comunidades.

2) ¿Qué hace la comunidad internacional?

Los Estados negociaron la Convención sobre Municiones en Racimo, que se convirtió en vinculante el 1 de agosto de 2010, en estrecha colaboración con la sociedad civil y las organizaciones internacionales.

Hasta la fecha, ciento diez Estados ya se han adherido a la Convención y se han comprometido a cumplir todas sus obligaciones.

La Convención contempla tres áreas principales.

-Los Estados que se adhieren al tratado han de tener como objetivo prevenir cualquier daño futuro causado por las municiones en racimo acordando una prohibición completa de su uso, desarrollo, producción, almacenamiento, retención y transferencia
-Las medidas de mitigación del tratado exigen a los Estados la destrucción de sus reservas de este tipo de armamento, la limpieza de las áreas contaminadas por las municiones en racimo y suministrar asistencia médica, psicológica y de rehabilitación a los supervivientes
-La Convención llama a la cooperación internacional para aplicar estas disposiciones

3) ¿Cómo participan las Naciones Unidas en estas tareas globales?

Las Naciones Unidas promueven las asociaciones entre los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con el objetivo común de eliminar las municiones en racimo en todas partes.

Dado que para fortalecer las normas de la Convención es esencial progresar en su universalización, el Secretario General de las Naciones Unidas pide regularmente a los países que aún no se han adherido al tratado que consideren la posibilidad de hacerlo.

La Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas en Ginebra trabaja en estrecha colaboración con la Dependencia de Apoyo a la Aplicación de la Convención.

Esta dependencia, que actúa independientemente de la ONU y presta apoyo técnico y asesoramiento tanto a los Estados parte como a los que no lo son, actúa de enlace entre las autoridades nacionales y la comunidad internacional en cuestiones relacionadas con la aplicación del tratado.

La Oficina de Asuntos de Desarme también convoca reuniones de los Estados parte y conferencias de examen de la Convención.

El Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas (UNMAS), junto con otros organismos de la Organización, trabaja en actividades relativas a estos artefactos, apoya a los Estados en la aplicación de la Convención.

Entre sus tareas se incluyen las actividades de estudio y limpieza para mitigar las amenazas de los peligros de los explosivos. Así, en 2019, el UNMAS limpió las zonas atacadas con municiones en racimo en Sudán del Sur.

Estas actividades se complementan con otras de formación como la enseñanza para lograr un comportamiento seguro en las zonas afectadas, así como la rehabilitación física y el apoyo socioeconómico y psicológico a las víctimas de artefactos explosivos, entre ellas las municiones en racimo.

En colaboración con sus socios, UNICEF colabora en el diseño y la aplicación de programas de educación sobre el riesgo de los artefactos explosivos y ayuda a los supervivientes de las municiones en racimo y otras armas explosivas proporcionándoles atención médica, extremidades artificiales, apoyo mental o emocional y acceso a la educación.

Desde 2014, UNICEF ha apoyado la educación sobre el riesgo de los artefactos explosivos destinada a salvar vidas de 24 millones de niños en 25 países, principalmente en regiones afectadas por conflictos en curso. Durante el mismo período, asistió a niños de más de 10 países a recuperarse de las lesiones causadas por las municiones en racimo o restos explosivos de guerra.

4) ¿Qué ha logrado la Convención?

Los Estados Parte han destruido millones de municiones de racimo almacenadas y cientos de millones de submuniciones.

También se logró remover más de 500 kilómetros cuadrados de tierra con restos de municiones en racimo. Mediante esta acción, las comunidades afectadas pudieron disfrutar del uso seguro y productivo de esos terrenos logrando dar un paso fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización para 2030.

Además, muchos Estados parte han aprobado leyes específicas para aplicar la Convención y varios han prohibido también diversas formas de inversión en actividades relacionadas con las municiones en racimo.

“La aplicación de la Convención representa en gran medida un éxito y merece un aplauso”, afirmó la alta representante para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu, en la Novena Reunión de los Estados parte en 2019.

5) ¿Por qué es necesario avanzar hacia un mundo libre de municiones en racimo?


Por cada munición de racimo que se logre destruir y cada metro de tierra que se logre limpiar, lograremos una mayor seguridad en la vida cotidiana de las personas amenazadas por estas armas. La eliminación de todas las bombas de racimo significará la liberación global de una importante causa de muerte, lesiones y miedo.