ACNUR urge a los países a no cerrar sus fronteras a los refugiados sudaneses

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) urgió este viernes a todos los países a permitir a los civiles que huyen de Sudán que accedan sin discriminación a sus territorios.

La portavoz en Ginebra de ACNUR, Elizabeth Tan, explicó que esta petición abarca a ciudadanos sudaneses y extranjeros, “incluidos los refugiados que fueron acogidos por Sudán, los apátridas y aquellos que no posean pasaportes u otros documentos de identidad”.

Tan señaló que las hostilidades en curso en Sudán han generado una serie de problemas humanitarios y violaciones de los derechos humanos, así como criminalidad generalizada y saqueo de infraestructura civil y bienes humanitarios.

La Agencia señaló que una gran cantidad de civiles -muchos de ellos desplazados previamente-, han debido huir de los combates y que miles de esas personas han buscado la seguridad fuera de Sudán.

Además, dada la violencia actual, las personas que escapan del conflicto en Sudán, al igual que los ciudadanos sudaneses que se encuentran fuera del país y no pueden regresar debido a los enfrentamientos, “podrían necesitar protección internacional para refugiados bajo los marcos legales internacionales y regionales”, apuntó.

En este sentido, el organismo instó a que todas las solicitudes de protección internacional de ciudadanos y personas sudaneses, incluidos los apátridas, que eran residentes habituales de Sudán, se procesen de manera justa y eficiente.

Refugiados sudanenes recién llegados a Chad se asientan en un campamento temporal.

Cambio de situación

“ACNUR también pide a los Estados suspender los rechazos de solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos sudaneses o apátridas que residían habitualmente allí. Los ciudadanos sudaneses cuyas solicitudes de protección internacional fueron descalificadas antes del conflicto actual, ahora podrían necesitar protección internacional en función del cambio de circunstancias”, subrayó la portavoz.

Asimismo, la Agencia solicitó a los países que detengan las devoluciones forzosas a Sudán, incluidas las de personas a las que se les han rechazado previamente sus solicitudes de asilo.

Tan se refirió con preocupación a la situación de 1,1 millones de refugiados y solicitantes de asilo de otras nacionalidades que han sido acogidos en Sudán, que ahora se ven obligados a abandonar el país “y se les debe permitir hacerlo”. Los ciudadanos de Sudán del Sur son el grupo más grande de refugiados en Sudán, que también alberga importantes poblaciones de refugiados de Eritrea, Etiopía, Siria y Yemen.

La portavoz destacó la agudización de la crisis humanitaria en Sudán como resultado del conflicto y recordó que, junto con sus socios, ACNUR llamó ayer a la comunidad de donantes a aportar 445 millones de dólares para el plan regional de respuesta para refugiados en cinco países, que atendería a unas 860.000 personas.

Víctimas infantiles del conflicto

Por su parte, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) informó que en los primeros once días del actual conflicto en Sudán 190 niños murieron y 1700 más resultaron heridos.

“En promedio, cada hora durante este periodo de combate de once días, siete niños fueron muertos o heridos cada hora”, precisó con alarma James Elder, portavoz de UNICEF en Ginebra.

Aclaró que esas cifras de niños asesinados o heridos abarcan sólo a los que tuvieron contacto con un centro médico. “Entonces, como siempre, es probable que la realidad sea mucho peor”, agregó.

Elder apuntó que los niños siguen viviendo en medio de esa violencia. “Los lugares donde deberían estar seguros, como hogares, escuelas y hospitales, han sido atacados constantemente. UNICEF y sus aliados han pedido a las partes en conflicto que detengan todos los asaltos contra los centros de salud, las escuelas y los sistemas de agua y saneamiento de los que dependen los niños; sin embargo, los embates continúan”.

UNICEF destacó que los trabajadores humanitarios también han sufrido agresiones, y que las instalaciones, los vehículos y los suministros humanitarios han sido saqueados o destruidos, socavando la capacidad de ayuda de los organismos de socorro.

El Fondo de la ONU exhortó a las partes del conflicto a que cumplan con sus obligaciones de proteger a los niños y garantizar que los actores humanitarios puedan operar de manera segura en el terreno para apoyar a los civiles, en virtud del derecho internacional.

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