76 años de los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki 

Por Dr. Amín Cruz, PhD, diplomático, historiador, educador, periodista, escritor, CEO presidente y fundador del Congreso Hispanoamericano de Prensa, Padre y embajador de la Prensa Hispanoamericana y Latinoamericana, residente en New York.

“La única garantía contra el uso de las armas nucleares es su total eliminación.” António Guterres 

En un mensaje de vídeo dirigido al Memorial de la Paz de Hiroshima en Japón, celebrado este viernes por la mañana, hora local, en la ceremonia anual conmemora el bombardeo atómico de la ciudad el 6 de agosto de 1945 durante la Segunda Guerra Mundial. 

El titular de la ONU recordó el impacto que tuvo sobre la población y la ciudad.

En este día, hace 76 años, una sola arma nuclear provocó un sufrimiento inimaginable a los habitantes de esta ciudad, matando a decenas de miles de personas al instante, tras el bombardeo y a muchas más en los años siguientes, decenas de miles de personas murieron en las explosiones, y muchas más morirían o enfermarían posteriormente como consecuencia de la radiación.

El 6 de agosto de 1945, un avión bombardero Boeing B-29, bautizado Enola Gay, dejó caer en Hiroshima la bomba ‘Little Boy’ que hizo estallar una carga de 15 mil toneladas de TNT y devastó un rango de 13 kilómetros cuadrados, tres días después, la fuerza aérea estadounidense sobrevoló la ciudad japonesa de Kokura, sin embargo, el cielo estaba tan nublado que fue preciso ejecutar el plan alternativo, lanzar la bomba ‘Fat Man’ sobre Nagasaki.


Ambos ataques de las fuerzas estadounidenses provocaron la muerte de más de 140 mil personas y en el mismo mes de agosto, el emperador nipón Hirohito oficializó un anuncio de rendición materializado el 2 de septiembre de ese año, fue el entonces presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, quien en el marco de la Segunda Guerra Mundial, autorizó un bombardeo sobre Hiroshima ya que Japón se había negado a aceptar la rendición propuesta por los aliados.

Por lo que las armas nucleares hayan sido finalmente prohibidas por el derecho internacional y un paso importante para que las atrocidades ocurridas en Japón no vuelvan a repetirse, el nuevo tratado permite a todos los países la oportunidad de unirse para acabar con la amenaza nuclear que se cierne sobre el mundo desde el día de los bombardeos atómicos de 1945.

Las primeras medidas concretas debidas al tratado incluyen la asistencia a las víctimas de los ensayos nucleares y la restauración de los lugares contaminados por las pruebas nucleares.

Un nuevo llamamiento para proceder rápidamente a la firma, ratificación y aplicación del nuevo Tratado de las Naciones Unidas sobre la Prohibición de las Armas Nucleares al que se han adherido hasta ahora 55 Estados.

António Guterres subrayado su compromiso con la consecución de un mundo libre de armas nucleares y ha instado a los gobiernos a redoblar sus esfuerzos para hacer realidad este objetivo.

Hiroshima no sólo se define por la tragedia que se desencadenó en ella.

La defensa sin parangón de sus supervivientes, los hibakusha, es un testimonio de la resistencia del espíritu humano”, dijo el Secretario General. “Han dedicado sus vidas a compartir sus experiencias y a hacer campaña para que nadie más sufra su destino”.

La visión de los hibakusha de un mundo sin armas nucleares, que fue objeto de la primera resolución de la Asamblea General, aprobada sólo cinco meses después del bombardeo, mientras que el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares entró en vigor el pasado mes de enero.

El Secretario General expresó su profunda preocupación por la falta de avances en la consecución de un mundo libre de armas nucleares.

Los Estados en posesión de armas nucleares han estado modernizando sus arsenales en los últimos años, provocando una nueva carrera armamentística.

Pero las decisiones de la Federación Rusa y de Estados Unidos de ampliar el nuevo tratado START y de entablar un diálogo sobre el control de armas son unos primeros pasos bienvenidos para reducir el riesgo de catástrofe nuclear.

Guterres hizo un llamamiento a los países que poseen armas nucleares para que adopten medidas de reducción del riesgo, tanto individual como conjuntamente, y dijo que “nunca podemos dar por sentada la norma contra el uso de armas nucleares.

También instó a los gobiernos a aprovechar la próxima Décima Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear para reforzar su compromiso con un mundo libre de armas nucleares.

“Las armas nucleares, desarrolladas para ganar guerras, son una amenaza de aniquilación total que podríamos eliminar si todas las naciones trabajan entre sí.” Kazumi Matsui